La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha publicado su informe anual, Perspectiva Petrolera Mundial para 2024, en el que pronostica un sólido crecimiento de la demanda mundial de petróleo hasta el año 2050. Este informe destaca un panorama optimista para el futuro del crudo, en contraste con las previsiones más conservadoras de otros actores del mercado.
Según la OPEP, la demanda mundial de petróleo seguirá creciendo de manera robusta en las próximas décadas. Se prevé que la demanda supere los 118.9 millones de barriles por día (bpd) en 2045 y los 120.1 millones de bpd en 2040. Esta actividad será impulsada principalmente por la disminución del consumo en países en desarrollo, especialmente en India, África y Oriente Medio.
El líder ejecutivo de la OPEP, Haitham Al Ghais, señaló que, a pesar de los progresos en el sector de las energías limpias, el mundo aún estará en constante depender del petróleo en las próximas décadas. La organización también ha señalado que la migración hacia vehículos eléctricos y combustibles más limpios será más rápida de lo previsto, lo cual contribuirá a mantener la demanda de crudo elevada.
A pesar del optimismo de la OPEP, otros actores del mercado son mucho menos optimistas sobre la trayectoria de la demanda de petróleo. Empresas como BP y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señalan que el consumo de crudo alcanzará su máximo durante esta década y, posteriormente, comenzará a disminuir. Por ejemplo, la compañía de petróleo prevé que la demanda de petróleo alcanzará su máximo en 2025 y se incrementará a 75 millones de dólares en 2050.
Las proyecciones de una demanda global menor, junto con un incremento del abastecimiento de petróleo provenientes de países no pertenecientes a la OPEP, indican un prolongado período de precios del crudo moderado. Este nuevo producto podría proceder de regiones como América del Norte y Brasil, que han incrementado su producción en los últimos años.
Mientras la OPEP mantiene una perspectiva optimista sobre el futuro de la demanda de petróleo, otros actores del mercado anticipan un escenario más moderado. La interacción de estos factores determinará la evolución de los precios del crudo en las próximas décadas.