En medio del auge de la inteligencia artificial y la expansión de los centros de datos, el consumo energético de las grandes tecnológicas está alcanzando niveles sin precedentes. Para enfrentarlo, Meta ha firmado un contrato a 20 años con Constellation Energy, asegurando el suministro de 1.1 gigavatios de energía nuclear limpia a partir de 2027. Esta decisión no solo evita el cierre anticipado de una planta en Illinois, sino que también marca el ingreso oficial de Meta al sector nuclear.
El acuerdo llega en un momento clave. A nivel global, Amazon, Google y la propia Meta firmaron un compromiso liderado por la World Nuclear Association para triplicar la capacidad nuclear mundial antes de 2050. La administración Trump, por su parte, ha emitido órdenes ejecutivas para acelerar el despliegue de reactores y reformar el marco regulatorio.
Desde InvertProfit, analizamos qué significa este movimiento para el sector energético, los inversionistas y el liderazgo tecnológico de Estados Unidos.
Energía limpia, contratos largos y la nueva diplomacia energética
El acuerdo entre Meta y Constellation garantiza la operación del Clinton Clean Energy Center, una planta de energía nuclear ubicada en Illinois, cuya supervivencia dependía de subsidios que vencen este año. Gracias a este contrato, la planta no solo se mantendrá activa, sino que también aumentará su capacidad en 30 megavatios.
Meta no utilizará directamente esta energía en sus centros de datos. En su lugar, la electricidad se inyectará en la red general, contribuyendo al objetivo de la compañía de alcanzar 100% de consumo eléctrico proveniente de fuentes limpias. Esto representa una nueva forma de diplomacia energética: las tecnológicas asumen un rol activo en el sostenimiento de infraestructuras críticas que antes dependían exclusivamente de subsidios estatales.
Joe Dominguez, CEO de Constellation, lo resumió así: “A veces el paso más importante hacia el futuro es evitar retroceder”. 🡥
El impulso nuclear crece: Big Tech como catalizador del sector
En los últimos meses, las grandes tecnológicas han tomado posiciones claras a favor de la energía nuclear como solución al cambio climático y al creciente apetito energético de la IA.
• Amazon ha invertido más de 500 millones de dólares en reactores modulares pequeños (SMRs).
• Google financia el desarrollo de tres nuevos sitios nucleares.
• Microsoft firmó un contrato de 20 años para reactivar la infame planta de Three Mile Island.
Meta, aunque hasta ahora se había mantenido al margen, comienza a cerrar la brecha con este acuerdo. Además, desde diciembre lanzó una convocatoria para desarrollar entre uno y cuatro gigavatios de nueva generación nuclear en EE. UU.
Este movimiento se alinea con otras decisiones energéticas estratégicas, como la inversión de Google para alimentar centros de datos con energía limpia desde reactores avanzados, algo que ya habíamos analizado en esta nota sobre innovación energética.
En todos los casos, el objetivo es claro: asegurar energía confiable, libre de emisiones y escalable, para sostener el crecimiento explosivo del cómputo en la nube, la inteligencia artificial y los servicios digitales.
Trump acelera el cambio: reformas para impulsar lo nuclear
El presidente Donald Trump firmó recientemente cuatro órdenes ejecutivas destinadas a transformar el ecosistema nuclear estadounidense. Estas medidas buscan cuadruplicar la capacidad nuclear de EE. UU. para 2050, y contemplan:
• Reformas al sistema de licencias de la Comisión Reguladora Nuclear.
• Incentivos para el desarrollo local de combustible nuclear.
• Apoyo activo a los SMRs como vía rápida y rentable de expansión.
• Procesos acelerados de aprobación para nuevos proyectos.
Estos cambios no solo facilitan acuerdos como el de Meta, sino que también fortalecen la narrativa de que la soberanía energética será una ventaja competitiva en la era de la IA.
Constellation ya evalúa pedir un nuevo permiso para construir un SMR en la planta Clinton, convirtiendo este sitio en un epicentro del renacimiento nuclear. El contexto es especialmente relevante si se considera que, en paralelo, otras industrias tecnológicas están presionando por ajustes regulatorios similares, tal como se vio con el impulso arancelario al sector automotriz por parte del gobierno estadounidense.
¿Qué pueden aprender los inversionistas de esta jugada?
Este acuerdo no es sólo una apuesta por la sostenibilidad. También es una jugada estratégica que puede tener impactos financieros relevantes:
• Las acciones de Constellation subieron tras el anuncio, aunque con moderación.
• La energía nuclear vuelve a ganar protagonismo entre los sectores defensivos con alto potencial.
• Se consolida una tendencia: las tecnológicas están tomando control directo sobre sus fuentes de energía.
Para los inversionistas, esto representa una señal clara: el sector energético está siendo reconfigurado por la tecnología, y los activos tradicionales —como la energía nuclear— están encontrando nuevos patrocinadores corporativos que los convierten en oportunidades renovadas.
Conéctate con la nueva era energética
El futuro de la energía ya no está solo en manos de gobiernos o petroleras. Ahora, son las tecnológicas quienes están dictando el ritmo de la transición, apostando por soluciones que hace una década parecían inviables.
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