En julio, la inflación en Estados Unidos se comportó conforme a las expectativas, impulsada principalmente por el aumento en los costos relacionados con la vivienda. Este fenómeno, reportado por el Departamento de Trabajo.
El índice de precios al consumidor, una medida amplia de los precios de bienes y servicios, aumentó un 0.2% en julio, situando la tasa de inflación anual en un 2.9%. Los economistas encuestados por Dow Jones habían anticipado lecturas respectivas de 0.2% y 3%. Al excluir alimentos y energía, el CPI subyacente también mostró un incremento mensual del 0.2% y una tasa anual del 3.2%, cumpliendo con las expectativas.
Este incremento anual es el más bajo desde marzo de 2021, mientras que el CPI subyacente es el más bajo desde abril de 2021. En junio, la inflación general fue del 3%. Un aumento del 0.4% en los costos de vivienda fue responsable del 90% del incremento en la inflación de todos los artículos. Los precios de los alimentos aumentaron un 0.2%, mientras que la energía se mantuvo estable.
El informe del Departamento de Trabajo también destacó que los futuros del mercado de valores fueron ligeramente negativos tras la publicación del informe, mientras que los rendimientos del Tesoro aumentaron en su mayoría. Esto refleja la cautela del mercado ante la posibilidad de ajustes en las políticas monetarias.
El comportamiento de la inflación en julio, impulsado principalmente por los costos de vivienda, sugiere que la Reserva Federal podría considerar una reducción de las tasas de interés en septiembre. Aunque la inflación general y subyacente se encuentran en sus niveles más bajos desde 2021, el mercado sigue reaccionando con cautela. La evolución de los precios de la vivienda y otros factores económicos serán cruciales para determinar las próximas decisiones de política monetaria.
