El precio del oro (XAU/USD) ha experimentado una presión a la baja por segundo día consecutivo, situándose por debajo de la marca psicológica de $2,500 durante la sesión asiática del lunes. Este comportamiento del mercado se debe a una serie de factores económicos y geopolíticos que han influido en la percepción de los inversores sobre el valor del metal precioso.
Uno de los principales factores que ha afectado el precio del oro es el informe mixto de empleo de EE.UU. Este informe ha reducido la probabilidad de un recorte de tipos de interés de 50 puntos básicos por parte de la Reserva Federal (Fed). Como resultado, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. han experimentado una modesta recuperación, lo que ha fortalecido al dólar estadounidense (USD). Este fortalecimiento del USD ha ejercido una presión a la baja sobre el precio del oro, ya que un dólar más fuerte tiende a hacer que los activos denominados en dólares, como el oro, sean más caros para los inversores que utilizan otras divisas.
A pesar de esta presión a la baja, la caída del precio del oro ha sido moderada debido a las crecientes preocupaciones sobre una posible recesión económica en EE.UU. Estas preocupaciones han sido alimentadas por un informe de nóminas no agrícolas (NFP) que no cumplió con las expectativas del mercado. Además, la falta de progreso en las negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamas ha aumentado la aversión al riesgo entre los inversores, lo que ha llevado a un mayor interés en activos de refugio seguro como el oro.
La reciente acción del precio del oro dentro de un rango estrecho también ha contribuido a la cautela entre los inversores. Muchos prefieren esperar antes de tomar posiciones firmes, ya que la dirección a corto plazo del mercado sigue siendo incierta.
En resumen, el precio del oro se encuentra en una encrucijada, influenciado por una combinación de factores económicos y geopolíticos. Mientras que la recuperación de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. y el fortalecimiento del dólar han ejercido presión a la baja, las preocupaciones sobre una recesión económica y la aversión al riesgo han proporcionado un soporte al precio del metal precioso. En este contexto, los inversores deben proceder con cautela, ya que la dirección futura del precio del oro dependerá de la evolución de estos factores clave.