Este año, el precio del cacao ha experimentado un aumento significativo, alcanzando cifras récord que no se habían visto anteriormente. Este incremento ha generado preocupación entre los fabricantes de dulces, especialmente aquellos cuya producción depende en gran medida del chocolate.
Empresas reconocidas como Hershey, Mars (fabricante de M&M’s), Ferrero (propietario de Kinder) y Mondelez (matriz de Cadbury) se mantienen relativamente protegidas frente a esta situación por el momento. Esto se debe a que estas compañías suelen asegurar su suministro mediante contratos a largo plazo, lo que les permite sortear las fluctuaciones inmediatas del mercado. Sin embargo, la inquietud persiste debido a una cosecha que ha resultado más débil de lo esperado. Ante este escenario, las empresas no se han quedado de brazos cruzados.
Están explorando diversas estrategias para incrementar sus ganancias y mitigar el impacto del alza en los costos del cacao. Entre estas tácticas se incluyen la experimentación con nuevos sabores, la reducción de la cantidad de chocolate presente en sus productos y la diversificación de sus carteras de productos.
Daniel Fachner, CEO de J&J Snack Foods, expresó en una entrevista con CNBC en mayo: “Esto no nos detendrá de usar chocolate, pero nos hará reflexionar. Nos preguntaremos si, con estos nuevos precios, una innovación sigue siendo comercializable. Y una vez en el mercado, debemos considerar si el costo permite que el cliente lo venda manteniendo un margen de ganancia adecuado.”
Este dilema resalta la complejidad y la interconexión entre los precios de las materias primas y las decisiones estratégicas en la industria alimentaria. Mientras los fabricantes de dulces navegan por estas aguas turbulentas, los consumidores podrían empezar a ver cambios en sus golosinas favoritas, tanto en precio como en composición.
