En medio de la tensión comercial y la incertidumbre sobre el rumbo de la economía estadounidense, las ventas minoristas registraron una caída del 0.9% en mayo, superando la baja anticipada por analistas. Este dato refleja que, a pesar de un leve repunte en la confianza del consumidor, las familias están ajustando su gasto, optando por ser más selectivas en sus compras y buscando ofertas antes de comprometer su dinero.
Si se excluyen rubros volátiles como autos, materiales de construcción y gasolina, el indicador clave para el PIB mostró un modesto aumento del 0.4%. Este comportamiento se suma a señales recientes de ralentización, como la contracción del 0.3% en el primer trimestre, que InvertProfit detalló en un análisis de cómo Estados Unidos entra en terreno negativo.
Los sectores más golpeados incluyen concesionarios de autos, tiendas de materiales de construcción y estaciones de gasolina, mientras que las ventas online y ciertos comercios minoristas lograron sostener cifras positivas. En InvertProfit analizamos por qué este descenso debe interpretarse con cuidado, qué sectores resisten mejor y cómo los consumidores están ajustando sus hábitos ante la presión de los aranceles y la volatilidad económica.
Sectores que lideran y sectores que resienten
La caída general de las ventas minoristas no afecta a todos por igual. Un vistazo más detallado muestra luces y sombras en el panorama comercial de EE. UU.
- Autos y partes: caída del 3.5%.
- Materiales de construcción y jardinería: retroceso del 2.7%.
- Gasolineras: disminución del 2% por caída en precios energéticos.
- Restaurantes y bares: baja del 0.9%.
En contraste, algunos sectores destacan por resistir la tendencia negativa:
- Comercios misceláneos: aumento del 2.9%.
- Comercio electrónico: subida del 0.9%.
- Tiendas de muebles: crecimiento del 1.2%.
Este comportamiento evidencia que los consumidores priorizan gastos básicos y conveniencia, dejando de lado grandes compras como vehículos. Lo mismo ocurre con empresas del sector automotriz, que pese a reportes optimistas, enfrentan una incertidumbre por aranceles que pone a prueba sus proyecciones.
¿Por qué los consumidores están gastando menos?
El retroceso del consumo se explica por varios factores que confluyen en un contexto de alta sensibilidad económica.
- Incertidumbre por los aranceles y la tensión comercial impulsada por el gobierno de Trump.
- Precios de energía a la baja, que reducen las facturaciones de gasolineras.
- Precaución de las familias ante posibles subidas de precios.
- Cambios de comportamiento: compras adelantadas en marzo para evitar incrementos arancelarios.
Expertos como Heather Long destacan que las familias estadounidenses se muestran cautelosas, esperan ofertas atractivas y evitan compras innecesarias. El panorama se complejiza aún más con la presión para bajar tasas de interés, una demanda que Trump refuerza para impulsar el consumo y el crédito.
Proyecciones para el PIB y el impacto en la economía
Aunque el consumo es el motor principal de la economía de EE. UU., no todos los indicadores son alarmantes. El PIB registró una contracción del 0.2% anualizado en el primer trimestre, pero se prevé una recuperación sólida del 3.8% para el segundo trimestre, impulsada por sectores menos dependientes de bienes duraderos.
La ligera mejora en la confianza del consumidor sugiere que, a pesar de la caída puntual en mayo, la disposición a gastar podría sostenerse si se consolidan acuerdos comerciales y se contiene la inflación.
Para los analistas de InvertProfit, monitorear las cifras de consumo y las decisiones de la Reserva Federal será clave para anticipar próximos movimientos en el mercado y ajustar estrategias financieras de forma informada.
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